Gran parte del deseo, a esa edad, era un acto deliberado. Nos empeñábamos en difuminar los bordes toscos y decepcionantes de los chicos para darles la forma de alguien a quien pudiéramos amar.

Es extraño. Había llegado a resignarme tanto a aquella vida sin ella y, sin embargo, si pensaba en ella sólo por un minuto, era suficiente para traspasar el hueso y la médula de mi conformidad y arrojarme de nuevo al canal agonizante de mi lastimoso pasado.

No quiero que hagan lo que yo quiero, solo quiero que me den lo que deseo

Me sentía verdaderamente adulto a tu lado.

Si no quieres acabar en un manicomio, abre tu corazon y abandonate al curso natural de la vida

La magia de cada día no está en vivirlo como si fuera el último, sino en disfrutarlo sintiendo que la magia de la vida surgirá en cada nuevo amanecer.